miércoles, 14 de diciembre de 2011

Rectificar es de sabios...

A largo de nuestra vida conocemos a muchas personas...con unas compartes muchas alegrías, momentos felices, risas...otras están ahí en los momentos malos, en los problemas, cuando las necesitas...
Un día cualquiera aparece alguien que te pregunta: ''¿Te acuerdas de mí?''...comienzas a pensar y llegas a una conclusión, te viene a la mente una imagen de dos niños pequeños que jugaban a ser ''novios''. De repente comienzas a sentirte diferente, una extraña e inexplicable alegría te invade por haber vuelto a enconarte con alguien a quien ni siquiera recordabas.
Pasan los días y la gente de tu alrededor comienza a especular, mientras te limitas a mirar sus fotos y ver como ha pasado el tiempo. ¿Qué ocurre?...¿qué te está pasando?...has acabado ilusionada con alguien a quien no esperabas. Esa ilusión crecía, conversaciones que alcanzaban la madrugada y promesas que te hacían sentir como la persona más feliz del mundo...
Pero llegó el momento, abriste una herida, así sin más y YO con la palabra ILUSA pintada en la frente. Decidí detenerlo todo, pues aún estaba a tiempo de ello. Olvidé que existías o por lo menos esa era mi intención, la cual fracasó. Una víspera de Navidad recibí tu felicitación con un triste ''no quiero que estemos mal''...después de...¿3 meses?, yo nuevamente hice alusión a la palabra que llevaba escrita en la frente. Cada vez que parecía que estábamos bien...me volvías a fallar. Comencé a cansarme de darte oportunidades y perdonarte, estaba claro quién eras y lo que yo te importaba. Intenté solucionar las cosas como personas maduras pero es evidente que no dabas la talla, supongo que la culpa fue mía, por esperar ''algo'' de ti. Lo que más siento es que te di algo que no te merecías, mi tiempo, el cual desperdicié contigo. Jamás te he dicho ni te diré lo que te mereces que te diga bruscamente, es decir, no te voy a insultar, porque es más fácil dejarte mal con la ironía y el sarcasmo cosa que tú no llegas a comprender. Dicen que de los errores se aprende y yo he aprendido mucho. Que sepas que no te guardo rencor ni mucho menos, porque eso significaría sentir algo por ti, y yo por ti no siento nada.

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